domingo, 30 de septiembre de 2018

EL FRACASO TIENE VALOR


Las dificultades, obstáculos, inconvenientes o barreras que se nos presentan en el desarrollo de nuestras vidas o en el de nuestros emprendimientos o negocios son parte muy importante del desarrollo de nuestras habilidades y debemos verlos como oportunidades que nos esta ofreciendo la vida.
El éxito no es más que una buena colección de fracasos de los cuales hemos aprendido a no cometer los mismos errores o a no seguir ese camino, aceptemos el fracaso y demos gracias por él, nos trae lecciones invaluables que debemos atesorar.
Cuando iniciamos un negocio o emprendimiento por más que planeamos y tratamos de tener todas las variables controladas, se presentan situaciones que son imposibles de prever o anticipar y que debemos resolver, para mi son oportunidades de aprendizaje y como tal debemos enfrentarlas.
Como dice el viejo adagio ¨nunca un mar en calma, hizo a un marinero experto¨, entendamos el fracaso como parte del pago del éxito, como el camino para lograrlo, pero no nos dejemos vencer, debemos seguir adelante, una de las exigencias del éxito es la perseverancia.
Yo he emprendido muchos negocios y ya perdí la cuenta de en cuantos he fracasado, pero lo sigo intentando y he sacado muy valiosas lecciones de esos fracasos y eso me ha llevado a lograr el éxito en muchos otros negocios.
Existen otros caminos, como no hacer nada y dejarnos vencer por el temor al fracaso o quedarnos planeando, tratando de prever todas las probables dificultades y nunca comenzar el negocio, pero esto nos deja estáticos en las áreas de confort o como empleados eternamente, ¨el que no arriesga un huevo, no tiene un pollo¨.
Arriesguémonos, solo así sentiremos la adrenalina de emprender algo nuevo y aprenderemos del fracaso propio, ¨nadie aprende por dolor ajeno¨.  
Lo único seguro en cualquier emprendimiento es que nos enfrentaremos a la adversidad y la muy alta probabilidad de fracaso, para alcanzar el éxito debemos adaptarnos a los constantes cambios del entorno y las variables de los negocios.

sábado, 28 de julio de 2018

EL FRACASO EMPRESARIAL EN COLOMBIA


Según un reporte del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), estudio que mide la actividad de emprendimiento a nivel mundial, en Colombia, el miedo al fracaso y a salirse de las zonas de confort, son las dos principales razones que impiden que más personas se atrevan a iniciar sus emprendimientos.
Recientes estudios de la Universidad EAN y la Cámara de Comercio de Bogotá, estiman que solamente alrededor del 50% de las empresas sobreviven al primer año y cerca de un 20% logra superar el tercer año, las principales razones son las siguientes:

1.   Falta de competencias y desarrollo personal
2.   Dificultades para obtener el financiamiento de corto y largo plazo adecuado
3.   Planeación y ejecución inadecuada
4.   Dificultades en los planes de mercadeo, venta y canales de distribución
5.   Ingresos insuficientes para mantener la empresa.

Que posibilidades debemos abordar para cambiar esta historia?

Creo que estas pasan por la palabra: innovación, esto permite mejorar la competitividad, ya que en el momento la tecnología y la globalización han traído la competencia a las puertas de todas las empresas Colombianas y no solo desde las economías desarrolladas, sino también de nuestros vecinos latinoamericanos y asiáticos.
Solo si se cambia la mentalidad y se sale de las zonas de confort, se podrán acercar a los grupos de investigación de la academia y de los gremios para obtener estos apoyos.
También se hace necesario que se diferencien las economías personales y empresariales y se dejen de mezclar los recursos en los que la parte empresarial siempre sale mal librada.

jueves, 22 de marzo de 2018

PLANEACIÓN ESTRATÉGICA A LA INVERSA


Los procesos de planeación estratégica casi siempre se inician de arriba hacia abajo, es decir desde el nivel de ventas hacia la utilidad, desde el crecimiento de las ventas hacia la utilidad, desde el incremento de clientes hacia la utilidad, desde el crecimiento de las zonas geográficas, los puntos de ventas o los distribuidores hacia la utilidad, creo que se esta cometiendo un error, en mi concepto debemos partir de la utilidad esperada hacia las ventas, es decir de abajo hacia arriba, mi propuesta es una planeación estratégica a la inversa.
Debemos partir de la inversión realizada en el negocio o la empresa, es decir el dinero aportado por el emprendedor, los recursos aportados por los socios, el patrimonio de los dueños, estos recursos son los que debemos cuidar y sobre los que debemos evaluar permanentemente, independiente de las ventas, clientes, distribuidores o los puntos de venta que se tenga.
Cada que iniciamos un emprendimiento, una empresa o un negocio, lo que hacemos es tomar un crédito (el dinero que ponemos, el aporte de los socios, los recursos aportados) y lo convertimos en una serie de activos, que principalmente son cuatro: efectivo (dinero en caja y bancos), cuentas por cobrar (dinero que prestamos a los clientes), inventarios (dinero que invertimos en materia prima, insumos o productos terminados para desarrollar el negocio) y propiedad, planta y equipo (maquinas, herramientas, muebles, computadores, edificios, terrenos, vehículos que necesitamos en el desarrollo del negocio) y en todos ellos estamos corriendo riesgos, el efectivo puede perder poder adquisitivo, las cuentas por cobrar pueden tardar o no pagarlas, los inventarios se pueden deteriorar o perder valor y la propiedad, planta y equipo puede perder valor.
Lo que debemos lograr es que las decisiones que tomamos sean adecuadas para que los activos que hemos adquirido en el proceso y con los que operamos y generamos los ingresos, sean lo suficientemente rentables para pagar los costos, los gastos y renumerar el pasivo tomado con los socios, los emprendedores o dueños.
Si vamos a meternos en la aventura empresarial más vale que la utilidad después de impuestos nos produzca por lo menos entre dos y tres veces los que nos produciría colocar esos recursos en una inversión de bajo riesgo como un CDT, hoy en día este tipo de inversión genera entre un 5% y 6% anual, la rentabilidad patrimonial que debiera darnos el negocio debe ser del orden del 15% anual, esta la obtenemos de dividir la utilidad después de impuestos sobre la inversión realizada por los socios en el negocio.