sábado, 13 de septiembre de 2008

OPORTUNIDAD DE TRANFORMACION PARA COLOMBIA


Por: Alvin Toffler

El desafío  está en cómo prepararse "para una economía donde los servicios, y no el trabajo físico, son cada vez más importantes".

Para él la respuesta en este período de transición de la agricultura a la sociedad industrial es "gente educada"

"Ese es un tema crucial y hoy veo una completa incapacidad y obsolescencia de los sistemas educativos, comenzando por el estadounidense. Se tiene una cantidad de jóvenes que están en escuelas donde les enseñan el trabajo que se hace en una fábrica, cuando ese tipo de trabajo se está agotando", agrega.

Toffler es calificado como uno de los futurólogos más acertados, pues en sus libros -escritos en muchas ocasiones a cuatro manos con su esposa Heidi- ha pronosticado temas como el auge del computador (lo mencionó en los años 60), el rompimiento de la Unión Soviética (una década antes de que sucediera) e incluso la actual guerra contra el terrorismo,  planteó hace 30 años la teoría de la tercera ola, según la cual tras la era industrial seguiría una basada en el conocimiento

¿Cómo debe ser la educación para cumplir con lo que necesita la tercera ola?
 
No es necesariamente una buena respuesta, pero creo que debería haber sistemas educativos diferentes para los niños, una gran variedad en métodos y objetivos. Tener una escuela en la que todos van medio tiempo y siempre hacen lo mismo es preparar a los jóvenes para las líneas de ensamblaje que no estarán cuando se gradúen, pues ese trabajo lo harán las máquinas. Hay que cambiar el foco.


En otra visita al país dijo que Colombia estaba lejos de la tercera ola. ¿Aún piensa eso?

No soy experto en economía colombiana, pero mi impresión es que la población rural como porcentaje del total está bajando y así tienen una sociedad cada vez más citadina e industrial. 
Presumiblemente también tienen más sectores que representan una economía de tercera ola. No sé cuántos computadores tienen por cada 100 personas y ese tipo de indicadores, pero mi impresión es que hay una parte de su sociedad y su economía que está más avanzada. Si eso significa que ya están en una economía del conocimiento, aún no lo sé, pero lo quiero averiguar.

¿Cómo ve a Latinoamérica en un mundo donde crecen más los países emergentes que los desarrollados?

Es claro que Colombia y Brasil muestran mejoras en economía y eso es bueno. Además veo como positivas las relaciones económicas en la región, pero hay algo que no entiendo y me enreda, y no solo atañe a Colombia y Latinoamérica, sino a casi todo el mundo: el creciente gasto militar. No es buena idea; puede ser necesario desde el punto de vista de cada país, dadas sus condiciones locales, pero para mí es un fenómeno extraño y además peligroso.

¿Teme por posibles enfrentamientos entre países con mucho armamento?

Aumentar el gasto militar trae amenazas y no sé cuál es la motivación de cada país para hacerlo, si es por temores internos o externos, pero me sorprende la tendencia.

¿No previó usted esa mayor belicosidad en su libro 'Las guerras del futuro'?

En nuestros libros hablamos desde hace 20 y 30 años sobre la amenaza del terrorismo, y por eso no nos sorprende que se haya esparcido por el mundo. El terrorismo requiere una respuesta militar, pero no necesariamente una guerra. Y aunque hay grupos terroristas por todo el mundo, no entiendo las compras de aviones de Chile, por ejemplo.

Sobre la crisis económica global

¿Cómo ve la crisis que vive el planeta por las hipotecas de E.U.? ¿Cree que ya terminó?

Más que decirle qué va a pasar, le puedo contar cómo llegamos a este punto. El problema comenzó cuando se computarizaron las finanzas y Wall Street fue prácticamente invadido por personas formadas matemáticamente en Silicon Valley, que eran muy creativas y diseñaban instrumentos cada vez más complejos, al punto que mucha gente de la misma Bolsa no los entendía. Esto llevó a que el sector financiero creciera más rápido que la economía y a que las transacciones fueran cada vez más veloces, hasta que el sistema se descontroló. 
A esto se sumó el hecho de que el Gobierno de E.U. y las autoridades financieras, que se supone deben monitorear el sistema, estaban agobiadas por tanto cambio. 
Creo que esta crisis no ha terminado, pues según los cálculos de mi esposa, que es experta en finanzas, si esto se considera un problema, esperen a que tengamos una explosión basada en tarjetas de crédito, que es la siguiente fase. Cuánto durará, no lo sé. Tiendo a ser más optimista que ella, pero eso es quizás porque yo sé menos sobre este tema.

¿La explosión de las tarjetas de crédito también se deberá a esos nuevos instrumentos sin supervisión?

Creo que sí. Una de las cosas de las que voy a hablar en Colombia es lo que llamo la desincronización: tenemos unos cambios muy rápidos en ciertos sectores de la economía y una respuesta institucional muy lenta. Se están desarrollando unos instrumentos financieros muy creativos, pero las autoridades que deben supervisar van en cámara lenta.

¿Cree que esta crisis financiera que comenzó en E.U. y que ha afectado al mundo en desarrollo amenaza a los países emergentes?

No estoy en contra de las operaciones globales, pero uno debe tener seguros. Es como un barco trasatlántico, que siempre tiene salvavidas. Hoy lo que vemos es un sector financiero mundial que opera a velocidades cada vez más rápidas y absorbe cada vez mayores porcentajes de la economía, pero sin un monitoreo.

¿Pero cree que es una tendencia que llevará a un único mercado?

No. Si llegamos a tener un solo mercado global, tendremos una masiva depresión global. No me opongo a la globalización, pero esta debe ser hecha inteligentemente, con medidas de seguridad que les permitan a los países desconectarse y volverse a conectar, en vez de que todos estén conectados sin los respectivos salvavidas. Necesitamos una globalización más flexible. La idea de que entre más grande siempre es mejor es un error.

¿Cómo ve el encarecimiento del petróleo?

Lo primero que hay que entender es que no hay escasez de energía, sino de la energía como la conocemos hoy. El universo tiene mucha energía, así que no es un tema de disponibilidad, sino de sistemas de producción. Creo que vamos a ver una carrera por diversificar las fuentes energéticas.

 

No hay comentarios: